El apoyo efectivo de la atención primaria es un componente importante del proceso de cambio de los sistemas de salud.1 Con esta orientación, la North American Primary Care Research Group (NAPCRG), en el marco de su XLIII encuentro anual, organizó una pre-conferencia con el objetivo de apoyar al Colegio Mexicano de Medicina Familiar (CMMF) en la adquisición de capacidades para conducir el proceso de cambio del Sistema de Salud Mexicano (SSM). Para ello, el CMMF convocó a un grupo especial de trabajo, conformado por investigadores y líderes académicos del país quienes, reunidos el día 24 de octubre de 2015 en la ciudad de Cancún, Quintana Roo, México, desarrollaron esta propuesta con el propósito de fijar su postura frente a la reforma del SSM y proponer estrategias para su implementación.
Se desarrollaron cuatro sesiones de trabajo, a través de mesas de discusión, coordinadas por representantes de NAPCRG y bajo la dirección del doctor Chris Van Weel. En la primera se analizaron las necesidades, fortalezas y debilidades del SSM. En la segunda sesión, el doctor Jon Salsberg nos permitió reflexionar sobre el sustento filosófico de la investigación participatoria, cuyo fundamento es la evidencia basada en la práctica (a diferencia de la concepción de que la práctica se debe basar en la evidencia), y el reconocimiento de la capacidad de autodeterminación de los miembros de un grupo para facilitar la identificación de sus necesidades, así como la interpretación y aplicación de los resultados de un proceso de investigación.2
En un tercer momento, los doctores Rick Glazier y Andrew Bazemore nos compartieron dos estrategias de cambio en los sistemas de salud de Canadá y Honduras, que mostraron cómo un diagnóstico adecuado de la demanda de servicios de una población, al ser mostrado a los tomadores de decisiones, permitió reconocer la necesidad de proponer estrategias alternativas al modelo vigente de atención que, al ser voluntariamente aceptadas por los proveedores de servicios, mejoraron las condiciones de su desempeño profesional y sobre todo, permitieron impactar de manera favorable en las condiciones de salud de la población.
En otro escenario, el trabajo desarrollado por el grupo del Robert Graham Center3 fue un ejemplo de beneficios derivados de la interacción entre integrantes del equipo de salud y la comunidad.
Este trabajo evidenció la complejidad de los determinantes de la salud propuestos por la OMS.4 Fue ine vitable contrastar estas experiencias con nuestro sistema de salud que, si bien ha mostrado logros importantes como la vacunación universal, aumento en la esperanza de vida y disminución de la mortalidad materna,5 también se ha caracterizado por una baja capacidad resolutiva en el primer nivel de atención, heterogeneidad en su implementación, ineficiencia y fragmentación, alto costo-beneficio e incapacidad para lograr una cobertura universal.
Tras reconocer los diferentes factores que determinan la salud de la población y el insuficiente cumplimiento de nuestra responsabilidad social, consideramos que el primer paso a seguir es la definición de cuáles determinantes son susceptibles de ser abordados; como consecuencia, emitimos el siguiente manifiesto:
El propósito que oriente nuestras acciones debe ser mejorar la salud de la población.
El modelo a seguir es el de Atención Primaria a la Salud (APS).
Nuestra participación en la futura implementación de la Reforma del Sistema de Salud Mexicano (RSSM) debe ser activa.
Todas las instituciones de salud involucradas en la RSSM deben establecer un convenio para su participación.
Se debe convocar a todos los actores involucrados en la atención del proceso de salud y enfermedad.
En el plazo inmediato, se requiere:
1.1 Realizar un diagnóstico situacional de los proveedores y los usuarios del sistema de salud.
1.2 Discutir y homogeneizar entre los actores el concepto de APS.
1.3 Evaluar la organización de los cuidados de salud, la educación médica y la investigación bajo el marco conceptual de la ecología de la atención médica.6
1.4 Hacer evidente la percepción de los pacientes sobre los beneficios de la atención primaria y la medicina familiar.
1.5 Desarrollar investigación participatoria con los prestadores de los servicios de salud; el primer actor a considerar debe ser el médico familiar.
1.6 Evaluar todas las acciones realizadas y abordar con rigor científico los procesos involucrados en los diferentes escenarios de ejercicio de la medicina familiar.
1.7 Concretar la conformación del Colegio Mexicano de Medicina Familiar como colegio de profesionistas para tener un sólido sustento legal y jurídico y, como consecuencia, mayor representatividad.
1.8 Convocar a encuentros y foros de discusión acerca de la función de los médicos familiares en el contexto mexicano, con la participación de otros posibles actores y tomadores de decisiones, interesados en apoyar el proceso de consolidación de la medicina familiar y la implementación de la APS en el país.
Sin duda, estas acciones fortalecerán nuestro sistema de salud y deberán enlazarse con acciones posteriores, todas ellas sustentadas en la autocrítica permanente y el ejercicio reflexivo.
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